Tucumán. Dinámica temporal y espacial de la zafra 2018
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Introducción
La zafra cañera 2018 tuvo un comienzo temprano ya que se inició en la segunda quincena de abril y se generalizó en la segunda quincena de mayo. La molienda se desarrolló prácticamente sin interrupciones, favorecida por días adecuados para la cosecha hasta fines de setiembre. En octubre se registraron lluvias de carácter excepcional para la época1, lo cual provocó la interrupción de la cosecha durante varios días y determinó la prolongación de la zafra hasta la segunda quincena de noviembre.
Esa campaña, además, se caracterizó por la prevalencia, a partir de la segunda quincena de mayo y durante todo junio, de bajas temperaturas previas a la ocurrencia de heladas. Más de 40 días sucesivos con temperaturas mínimas diarias entre 0ºC y 10ºC2 provocaron daños por “enfriamiento”, lo que ocasiona la detención temprana de la maduración y puede generar importantes pérdidas de azúcar. Con respecto a las heladas, se registraron desde mediados de junio hasta agosto, siendo las registradas en julio las que mayores daños provocaron en gran parte de los cañaverales, principalmente en aquellos ubicados en las zonas de llanura oriental y suroriental. Sin embargo, el gran avance de cosecha que se registró en el mes de agosto en los departamentos cañeros del este y sur provincial permitió la anticipación a los efectos perjudiciales de las heladas (Fandos et al., 2018a).
El análisis multitemporal de imágenes satelitales permite evaluar la dinámica de la cosecha de caña de azúcar (Alves de Aguiar et al., 2010; Fandos et al., 2017). Durante el año 2018 se dispusieron de imágenes satelitales Landsat 8 OLI y Sentinel 2A y 2B MSI, que abarcaron la totalidad del ciclo de cultivo de caña de azúcar en la provincia de Tucumán y permitieron el seguimiento y monitoreo de la zafra.
Los objetivos del presente trabajo fueron analizar la dinámica temporal y espacial de la cosecha de caña de azúcar en la provincia de Tucumán durante la zafra 2018 y detectar la superficie cañera que quedó sin cosechar. Se realizó un estudio multitemporal de imágenes satelitales que abarcó el período de zafra 2018 y para ello se utilizaron diferentes técnicas de procesamiento de imágenes satelitales y herramientas de SIG, complementadas con trabajos de validación a campo.
Evolución del avance de cosecha de caña de azúcar durante la zafra 2018
Los resultados obtenidos indican que el avance de cosecha alcanzó el 99% del total de la superficie cosechable con caña de azúcar estimada para la zafra 2018 (Fandos et al., 2018b).
La época en que se realiza la cosecha de caña de azúcar tiene influencia en la producción de azúcar en el año y en el crecimiento y producción del cañaveral del año siguiente. En Tucumán se distinguen cuatro etapas durante la zafra: inicial, intermedia, final y tardía. La etapa inicial se desarrolla entre los meses de mayo y junio; la intermedia, desde julio a mediados de setiembre; la final, entre mediados de setiembre y mediados de octubre; y la tardía, desde fines de octubre en adelante (Fernández de Ulivarri et al., 2015).
En la Figura 1 se expone el detalle del total cosechado según los diferentes períodos. Cabe resaltar que el importante porcentual alcanzado en el período inicial revela un adecuado aprovechamiento de los meses iniciales de cosecha, cuando se debe priorizar la recolección de lotes destinados a renovación de modo tal que la plantación no se vea afectada. Por otra parte, aunque el porcentaje de lotes cosechados en el período tardío es bajo se debe tener en cuenta que dicha época de cosecha implica disminuciones en la producción de caña y azúcar en el año siguiente.
En la Figura 2 se muestra la capa temática resumen de los distintos períodos de cosecha durante la zafra 2018.
Se aprecia que en la parte inicial de la zafra, la recolección se focalizó principalmente en los sectores oriental y sur del área cañera. Dicha planificación fue adecuada, ya que permitió la anticipación a los efectos perjudiciales de las heladas, dado que los cañaverales situados en esos sectores resultan los más afectados. En el período intermedio, la distribución de los lotes cosechados mostró un patrón homogéneo en toda el área con cañaverales. Con respecto al período final, se verificó que la cosecha se centralizó mayormente en los sectores occidentales de los departamentos del norte y centro del área cañera, Cruz Alta, Lules, Famaillá, Monteros, Chicligasta y Río Chico. Finalmente, en el período tardío se advierte que la cosecha se focalizó principalmente en los sectores norte y este del área cañera de Burruyacu, y en el sector suroccidental del área con cañaverales del departamento Monteros.
Caña no cosechada durante la zafra 2018
La superposición de las capas temáticas de caña cosechada y área cosechable facilitó la detección de la superficie cañera que no fue cosechada en la zafra 2018. Se comprobó que quedaron en pie 2680 ha, alrededor del 1% de la superficie cosechable. En la Figura 3 se expone la participación relativa de los departamentos en el total provincial.
Consideraciones finales
Durante la zafra 2018 se cosechó el 99% del total de la superficie cosechable con caña de azúcar estimada para dicha campaña. Del total cosechado, aproximadamente el 27% fue recolectado en el período inicial y el 62% en el período intermedio, mientras que el 9% y 2% restante fue cosechado en los períodos final y tardío, respectivamente.
La disposición espacial y temporal del avance de cosecha indica que en la parte inicial e intermedia de la zafra, la cosecha se focalizó mayormente en los sectores oriental y sur del área cañera, estrategia que permitió atenuar los efectos perjudiciales provocados por el factor heladas. En la etapa final se centralizó mayormente en los sectores occidentales de los departamentos del norte y oeste del área cañera, mientras que en el período tardío se focalizó principalmente en los sectores norte y este del área cañera de Burruyacu y en el sector suroccidental del área con cañaverales del departamento Monteros.
De las 2680 ha que quedaron sin cosechar, el departamento Monteros presentó la mayor concentración de cañaverales en pie, seguido por Burruyacu, Chicligasta y Simoca.
Por último, cabe destacar las inusuales lluvias registradas durante el mes de octubre, que provocaron la interrupción de la cosecha y la prolongación de la zafra hasta el período tardío, con los consecuentes efectos negativos en el cañaveral, entre ellos disminuciones en la producción de caña y azúcar.