Una emergente cuestión de status
por Gerardo Gastaminza, en exclusiva para Avance Agroindustrial
Señal de alerta
La reciente detección de Diaphorina citri en Tucumán es sin duda una mala noticia, pero no nos toma desprevenidos: es algo que sabíamos que podía ocurrir. Desde que comenzó a expandirse la epidemia en el continente y especialmente en países vecinos, venimos de un modo u otro y desde distintos ámbitos -productivos, científicos e institucionales- preparándonos para prevenir la infección de nuestras quintas cítricas, detectar a tiempo especialmente al insecto vector y, en el peor de los casos, controlarlo. Si bien no podemos afirmar hoy que la situación sea epidemiológicamente grave, estas detecciones no dejan de ser una señal de alerta. Lo que está en juego en el caso de nuestra provincia es el status fitosanitario que hasta aquí todavía conservamos. Según la clasificación que hoy utilizamos en el país, Tucumán ocupa un lugar en la zona 1, en cuanto territorio libre tanto del insecto vector como de la bacteria causante del HLB.
El plan de contingencia puesto inmediatamente en práctica responde al dictado de dos documentos generados al efecto previamente: uno es el contenido en el Plan Maestro para el HLB elaborado en la provincia de Tucumán con la coordinación de la EEAOC; el otro, el aportado por el Senasa y producido en el marco del Comité de Sanidad Vegetal (COSAVE), la organización fitosanitaria regional que incluye siete países de Sudamérica. Ambos son coincidentes en lo esencial, pautan las acciones a seguir e implican la coordinación interinstitucional necesaria para llevar a cabo la operativa pertinente. El objetivo es determinar si estas detecciones corresponden a hechos aislados o si son las primeras de una presencia de la plaga más ampliamente distribuida.
Acciones en curso
El plan de contingencia hoy en marcha consiste en que, con foco en el punto de detección, se trazan anillos concéntricos de diferentes radios -500 metros, 1000 metros, 3 mil, 6 mil, 8 mil y 16 mil metros- que definen la intensidad de las acciones de monitoreo y control químico a implementar. La intensidad de las acciones es mayor en el anillo más chico y decrece hacia la periferia. Ese monitoreo incluye, además de la búsqueda del insecto vector, la observación de eventuales síntomas sospechosos de afección por HLB en plantas cítricas u hospederos alternativos de la bacteria, como por ejemplo Murraya paniculata.
Dada la proximidad de los recientes puntos de detección -el primero en García Fernández y el segundo en Villa Fiad-, ambos en el departamento de Leales y distantes a 12 km entre sí, los anillos en este caso se superponen. Nos queda así incluida un área cañera (mayoritaria), un área urbana de poblaciones rurales y 5 mil hectáreas de quintas cítricas de explotaciones comerciales. En esa superficie así delimitada se realizan los monitoreos intensivos en búsqueda del vector y de eventuales síntomas de HLB en plantas cítricas. En la zonas urbanas circundantes, o próximas a los dos focos, se iniciaron las acciones de control químico del insecto con una frecuencia de siete a diez días. Los círculos más externos se hallan también bajo monitoreo, a cargo de personal conjunto del Senasa, de la Dirección de Agricultura del gobierno de la provincia y del sector privado a cargo de ACNOA y AFINOA. Colabora también personal de las comunas incluidas en estos focos, que aportan personal para las acciones de control químico y para gestionar nuestro ingreso a las casas del vecindario. Esto es, sintéticamente, lo que hoy se está haciendo.
Antecedentes
La reciente detección del insecto vector y las acciones consecuentes coordinadas han sido posibles, como dije, gracias a lo que se ha venido estudiando, programando, consensuando y haciendo con anterioridad. Su repaso es oportuno por lo que se nos presenta hacia adelante.
En lo que respecta al NOA en particular, el proceso comienza en 2005, cuando alertados por las noticias del avance de la epidemia en Brasil y con el apoyo de gestión, logístico y financiero de AFINOA, proponemos y llevamos a cabo desde la EEAOC un plan de prevención del HLB y monitoreo en la región, que culmina con la primera detección del insecto vector en Salta y Jujuy. Ese hecho dispara una serie de acciones y acuerdos que van desde la capacitación intensiva de monitoreadores -del sector público y del privado- y la adecuación y el perfeccionamiento de nuestros laboratorios, hasta la capacidad de diagnóstico, la evaluación y la calibración de productos y métodos de control químico y/o biológico del insecto vector, seleccionados tanto por su eficacia como por la inocuidad resultante de la fruta alcanzada por estas pulverizaciones. A esto hay que sumar el diseño y ejecución de campañas de concientización poblacional respecto de la amenaza del HLB y la elaboración del Plan Maestro respectivo, mientras en paralelo se perfeccionaba el Programa Nacional de Prevención del HLB, cuya autoridad de aplicación es el Senasa, y se ajustaba la conformación de instancias de coordinación interinstitucional necesarias para las respuestas preventivas y defensivas que había que encarar.
El reflejo en la práctica de todo ello, por lo que concierne a la provincia de Tucumán, puede observarse en el fortalecimiento del control en fronteras del tráfico -prohibido- de material cítrico, la operatoria de controles móviles y la instalación de redes de trampas cromáticas colocadas estratégicamente en el territorio productivo provincial y poblaciones rurales de las áreas comprometidas. Acá hemos reforzado la red de trampeo instalada por el Senasa, incrementando en más de 20 veces la red oficial, con capacidad para cubrir alrededor de 22.000 hectáreas de monitoreo permanente, realizado por personal especialmente capacitado aportado por el sector privado. Una muestra aleatoria y estadísticamente válida de lo que recogen esas trampas llega a nuestros laboratorios para la identificación de casos sospechosos y el examen diagnóstico para la eventual identificación de la presencia de la bacteria. Esta red es la que ha facilitado la reciente -y hasta ahora limitada- detección del vector en nuestro territorio.
Debe remarcarse que nada de todo esto sería posible sin la activa participación de los sectores y organismos competentes, junto a los cuales la EEAOC actúa cumpliendo con su rol específico. Me refiero a la Dirección de Agricultura del gobierno provincial, la Asociación Citrícola del NOA (Acnoa), la Asociación Fitosanitaria del NOA (Afinoa) y los productores del sector privado, todos coordinados a nivel nacional a través del Senasa bajo el imperio de la legislación promulgada y otras normativas vigentes, en el marco de la Comisión Técnica Interinstitucional (ex Unidad de Coordinación Interinstitucional del Programa Nacional de Prevención de HLB).
En la EEAOC estamos elaborando un documento que permita sentar las bases operativas medibles, aptas para determinar cuál es la proyección epidemiológica de estos focos, comprobar si estamos logrando evitar la dispersión de la plaga, retrotraer la situación a su estado inicial y sostenerla en el tiempo.
En cuanto a las mejoras operativas deseables y necesarias, hay que citar por lo menos dos aspectos. Por un lado, la extensión de la red de trampeo y el correlativo sistema de monitoreo cuya efectividad acabamos de comprobar: hoy abarcamos con ello el 50% de la superficie citrícola de la provincia; lo deseable y necesario es sumar a la iniciativa al otro 50%. Por el otro, dadas las características epidemiológicas del HLB, toda la población tiene un rol a jugar en este asunto. Tal como ha ocurrido recientemente, los hospederos del vector pueden hallarse en las casas de los particulares de las urbanizaciones rurales; ello significa que deben facilitar el ingreso de los equipos de monitoreo y control profesionalizado. Hasta aquí la población involucrada se ha mostrado bien predispuesta; debemos garantizar que esa participación se incremente y perdure. No debería descartarse al respecto la necesidad de retomar e intensificar las acciones de comunicación pública destinadas a crear conciencia.
Hoy Tucumán sigue libre de HLB. Si comprobamos que la dispersión del insecto vector se extiende, su erradicación será una tarea larga y compleja. El privilegiado status epidemiológico que ostenta la provincia es un reaseguro productivo y un valor competitivo que cuenta en los mercados que atendemos. El objetivo de máxima hoy es sostenerlo.
Videos realizados en el año 2012