Un bioestimulante, también llamado bioactivador, es una sustancia -o una mezcla de ellas- diseñad a para ser aplicad a en una planta o cultivo con el fin de estimular, en un corto tiempo, los procesos metabólicos fundamentales del material sembrado, generando la capacidad preventiva de tolerar mejor las condiciones climáticas o sanitarias adversas, o bien, facilitar la recuperación del cultivo. Son compuestos capaces de mejorar, además, el uso eficiente de los nutrientes y del agua, actuando como promotores del crecimiento y desarrollo de los cultivos, lo que permite una mejora de la productividad al momento de la cosecha.
Estos productos pueden incluir en su formulación ácidos húmicos, fúlvicos, extractos de algas, hidratos de carbono asimilables, aminoácidos, péptidos y otros compuestos nitrogenados, micro y macronutrientes y, en algunos casos, hormonas vegetales.
Los bioactivadores son de rápida absorción y utilización metabólica, pueden ser aplicados a las hojas o raíces y fácilmente pasan a los tejidos conductores de la planta con un consumo mínimo de energía.
¿Cómo funciona?
Los bioestimulantes agrícolas aportan una serie de sustancias activas (aminoácidos, ácidos húmicos, algas, microorganismos) que provocan la mejora de la fisiología de la planta tanto en su parte aérea como radicular. Estos elementos proporcionan una mayor protección y desarrollo de la planta.
Las componentes más comunes son los aminoácidos, ya que son fácilmente absorbidos por los vegetales, y suponen una estimulación energética en los momentos de mayor demanda del cultivo. Estas sustancias, especialmente seleccionadas, promueven la síntesis de proteína e intervienen en procesos concretos para favorecer la síntesis de fitohormonas y clorofila.
Los ácidos húmicos son un abono orgánico de alta solubilidad, especialmente indicado para mejorar la calidad de suelo. Son, también, una fuente de energía directa para las plantas debido a que su biodegradación por los organismos del suelo, en momentos de elevado consumo energético, provoca beneficios en el rendimiento y la calidad final de las cosechas, incluso en situaciones de estrés.
Los compuestos hidrolizados de proteínas de distintas algas son estimulantes naturales con un elevado contenido de aminoácidos libres, polisacáridos, fitohormonas, oligoelementos y antioxidantes. Actúan como el complemento perfecto para la autodefensa de las plantas y el consiguiente incremento del rendimiento de cultivos de todo tipo.
Las mezclas de microorganismos que logran colonizar las raíces de las plantas crean una barrera biológica beneficiosa para el cultivo. Se trata, por lo tanto, de un protector radicular que fortalece el sistema de defensa de las plantas al mismo tiempo que estimula al cultivo para superar el ataque de patógenos y enfermedades del suelo, beneficiando a la planta en su conjunto.
¿Pueden reemplazar a los fertilizantes o los biofertilizantes?
Los bioestimulantes son productos diferentes, con funciones distintas y mecanismos de acción distintos. Los fertilizantes son productos cuya función principal es proporcionar elementos nutrientes a las plantas, lo que facilita el crecimiento, aumenta el rendimiento y mejora la calidad de las cosechas. Los bioestimulantes, como se dijo, pueden ayudar a mejorar la eficiencia en la absorción y el aprovechamiento de nutrientes, por lo que para optimizar el crecimiento de los cultivos continúan resultando imprescindibles los aportes necesarios de nutrientes a través de fertilizantes sintéticos, orgánicos y biofertilizantes.
El uso de los bioestimulantes permitiría no solo reactivar el crecimiento ante situaciones adversas, sino también aplicar los fertilizantes tradicionales en dosis menores y más efectivas, contribuyendo a una agricultura más sostenible.
La tendencia actual es lograr una reducción del uso de fertilizantes procedentes de energía fósil y encaminarse hacia una mayor utilización de recursos naturales y biológicos.